viernes, 14 de octubre de 2016

Fútbol e idioma

En su carrera por dar la primicia, por lo inmediato, por lo que más vende, los medios que se ocupan del quehacer futbolístico no sólo incurren en omisiones y equívocos en la información sino también en la manera en que ésta es transmitida al receptor. Barbarismos, solecismos, neologismos y pleonasmos habituales varios han conformado una jerigonza que ha sido muy criticada por lingüistas. En esta nota el autor hizo una reseña de algunos de ellos. El CIHF recuerda a Fernando, un socio que demuestra en este artículo su vasta cultura.

Por Fernando Azcoaga (Buenos Aires, Argentina), antiguo socio del CIHF.

Ríos, mares de tinta volcados en la imprenta, torbellinos de palabrerío insustancial aturden a algunos y obsesionan a los más, envolviéndolos en esta fiebre de los deportes. Deseamos decir que indudablemente nos gusta mucho el fútbol, pero, recordando a Yanivet, hacen falta tragaderas de burro para aceptar cuánto se escribe y se dice sobre él. La ñoñería, la irresponsabilidad de algunos relatores, comentaristas y periodistas no conoce límites. 

 
Viene a pelo el chascarrillo del aragonés que, aprendiendo a tocar la guitarra, atendía algo fastidiado las instrucciones del maestro: “Este dedo aquí, éste en la prima, éste...”. Hasta que el baturro, cansado de todo, increpó al profesor: “La guitarra es mía y pongo los dedos donde me da la gana”. Éste es el caso en la televisión, en la radiofonía, en los diarios y revistas sobre el tema. “La cámara es mía; el espacio mío; el micrófono mío; las páginas mías, y no sólo digo y escribo lo que se me ocurre sino como se me ocurre decirlo y escribirlo. ¡Ah! Y como el idioma es mío...
 

¡Pobre idioma en boca y pluma de determinados relatores, comentaristas y periodistas!
- Es la primera vez que Fernández “erra” un penal. (Se debe decir yerra. Recordar que es un verbo irregular y se conjuga: yo yerro, tú yerras, él yerra, nosotros erramos, vosotros erráis, ellos yerran.)
- Durante tales años González convirtió en total “trentidós” goles. (En lugar de treinta y dos.)
- Se cumplen “venticinco” minutos del primer tiempo. (Corresponde decir veinticinco.)
- El “aleje” o el “despeje” de fulano. (Nada cuesta decir el rechazo.)
- Lo descolocó con un “amague” de cuerpo. (Debe decirse amago.).
- Le “pegó” fuertemente a un rincón. ¿Quién le va a “pegar?”. (Debe decirse con toda propiedad, tiró y tirar, respectivamente.)
- Con este resultado Independiente le da una “manito”. (No hiere a nadie decir lo correcto manita o manecita.)
- Yo sé “de que” o yo pienso “de que” o yo creo “de que” San Lorenzo estuvo ante un rival muy difícil. (En lugar de yo sé que, yo pienso que o yo creo que, respectivamente.)
- “Vuelvo” a insistir o “vuelvo” a repetir que Racing dominó en el segundo tiempo. (Basta decir insisto o repito para no ser redundante sin motivo.)
- Arsenal de “Lavallol” ( en lugar de Llavallol) y Sporting “Guijón” de España (en lugar de Gijón).
- En tal año “Cervino o Chervino” de Independiente, “Roselo” de Boca, “Albela” de Banfield, “Avalay” de Independiente y “Lustó” de River cumplieron destacadas actuaciones. (Por los respectivos orígenes de sus apellidos debe decirse Cerviño, Roselló, Albella, Avallay y Loustau, respectivamente.)
- Es necesario que River “aprete” las marcas en el segundo tiempo. (Recordar que debe decirse apriete.)
- Gimnasia “entrenó” en doble turno; “concentró” en un hotel céntrico; teniendo en cuenta que “clasifican” dos equipos en el Grupo 3 de la Copa Libertadores de América. (En los tres casos son verbos reflexivos y por lo tanto debe decirse se entrenó, se concentró y se clasifican, respectivamente.)
 

Nosotros tratamos de acompañar nuestro gusto por el fútbol con la defensa de nuestro hermoso y rico idioma. Creemos que son tan importantes las estadísticas, fechas, resultados, lugares de nacimiento de jugadores y otros aspectos referentes al fútbol, como expresar todo esto con la corrección y propiedad idiomática debida.
 

Merece la pena hacer notar que siempre tenemos un emocionado y afectuoso recuerdo hacia uno de los cultores e inolvidable maestro de relatores de fútbol: Joaquín Carballo Serantes, que transmitía por radio los partidos de fútbol con el seudónimo Fioravanti, quien siempre utilizó un lenguaje y una dicción de gran categoría. 
 

Una vez para finalizar un comentario de un partido expresó con toda propiedad. “Quizá tendríamos que recurrir a hipérbaton, elipsis o pleonasmo (tres hermosas “figuras gramaticales”) para sintetizar y enfatizar el triunfo del equipo visitante.” 
 

Finalizamos con una “jugosa reflexión” unida a una modesta y ferviente expresión de deseo.
Para un fútbol de óptima calidad en la Argentina, apreciaríamos grandemente que relatores, comentaristas y periodistas expresaran sus ideas futbolísticas con un idioma óptimo en todos sus aspectos.
 

Les agradeceríamos mucho a todos ellos una pronta y favorable respuesta a la solicitud efectuada.
El antecedente de esta nota es una carta titulada “Empleo del idioma en ciertas trasmisiones”, que envió el Sr. Gabriel Azcoaga al diario La Prensa, de Buenos Aires, a la sección “Cartas a La Prensa” y que fue publicada en la página 7 de ese diario el lunes 2 de mayo de 1966.
Para los que nunca escucharon a Fioravanti o para los que quieran recordarlo, recomendamos:



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