Por Luis Prats (Montevideo, Uruguay, especial para el CIHF).
En octubre de 1863, difícilmente alguno de los escasos 60 mil habitantes con que contaba Montevideo entonces habrá escuchado alguna noticia sobre la reunión de la Taberna del Freemason, donde se acordaron las primeras reglas del fútbol. Casi exactamente 15 años más tarde, en octubre de 1878, ya había sin embargo un grupo de montevideanos dispuesto a practicarlo.
En ese 1878, Lorenzo Latorre gobernaba el país con su régimen de facto, se comenzaba a aplicar la reforma educativa de José Pedro Varela, Juan Manuel Blanes presentaba su cuadro “El juramento de los Treinta y Tres”, se marcaba el límite de la ciudad en un bulevar aún sin construir, que luego sería bautizado con el nombre del prócer Artigas. Y en el campo del Montevideo Cricket, en el mes de octubre, se jugó el primer partido de fútbol en el Uruguay.
La competencia deportiva era todavía escasa, si se excluye de esa categoría a las carreras de caballos, desafíos boxísticos sin reglas en bares de la Ciudad Vieja y alguna otra actividad. La colectividad británica, más importante por su influencia en la sociedad y la economía que por su número, dedicaba en cambio buena parte de su tiempo libre a torneos deportivos que la prensa local llamaba “pic-nics”. El principal era el cricket, un juego demasiado lento y ceremonioso como para atraer practicantes criollos, pero que movilizaba el entusiasmo de los nativos de la Rubia Albion.
El 18 de julio de 1861 un grupo de súbditos de la reina Victoria se reunió en la Confitería Oriental para crear el Montevideo Cricket Club, que tendría un papel fundamental en el desarrollo de los deportes en el Uruguay y aún hoy se mantiene como el decano de los clubes nacionales. Incluso es la organización de rugby más antigua del mundo fuera de Inglaterra y Escocia, según una investigación realizada por la propia institución.
El Montevideo Cricket instaló su campo de deportes en el Camino de la Unión (hoy la avenida 8 de Octubre), en el terreno donde luego se construyó el Hospital Militar. Fue el English Ground, también llamado La Blanqueada por la zona donde se asentaba, un vasto baldío salpicado de chacras, al cual se accedía con el tranvía de caballos. Sus instalaciones eran escasas: un rancho como vestuario, un local de madera como palco y sitio de reuniones y una carpa para la ceremonia tradicional del té de las cinco. Una pintura, firmada por A. Hall, conserva el testimonio de aquel campo en la sede actual del club. Allí comenzaron a practicarse diversos deportes, además del cricket: tenis, atletismo, rugby. Y también fútbol.
No hay registros oficiales sobre los primeros partidos, ni siquiera sobre su fecha exacta. Pero los archivos del Montevideo Rowing, otra institución deportiva de matriz británica, revelan que por esos años se realizaban los Juegos Atléticos de La Blanqueada, que incluían un juego llamado Dropkicking the foot-ball, algo así como “patear la pelota”. Pudo ser fútbol, rugby o alguno de sus híbridos, como era común por entonces.
Sin embargo, mucho años después, el testimonio oral de uno de los pioneros puso fecha a la llegada de una de las principales pasiones (y obsesiones) nacionales. En ocasión del primer triunfo olímpico del fútbol uruguayo en 1924, la revista Mundo Uruguayo evocó la trayectoria del fútbol celeste. Entre otras notas, se incluyó una entrevista al residente británico Pedro Campbell Towers, entonces subgerente del Banco de Londres y ex secretario general del Cricket.
“Mis recuerdos más lejanos referentes a football en Montevideo datan de 1878 —relató Towers—. En octubre de ese año, fundado de tiempo atrás el Montevideo Cricket Club en el terreno que hoy ocupa el Hospital Militar, jugamos dos partidos de football contra un cuadro compuesto por ingleses. El primer partido resultó empatado y en el segundo ganaron los uruguayos.”
“Yo jugaba entre los uruguayos, entre los que figurábamos algunos ingleses e hijos de ingleses. Era un juego muy brusco el de aquel tiempo; recuerdo que don Rodolfo Arteaga sufrió la ruptura de dos costillas debido a un ‘encuentro’ con el señor Neel, y era muy corriente ver a los jugadores salir lesionados del field”, agregó.
En el reportaje, el veterano futbolista recordó también los desafíos contra los marineros del barco “Retribution”, la calidad del juego de varios futbolistas y hasta el estilo aún no definido del fútbol, similar todavía al rugby, pero no aportó otros detalles de los partidos originales ni de los que lo siguieron. Sin embargo, también reveló mucho, como la presencia de varios criollos que tomaron parte del juego, en contradicción con el carácter cerrado que por aquel tiempo los británicos daban a sus prácticas deportivas: ya desde sus orígenes, el fútbol despertaba interés entre los locales, que con algunos años se convertiría en enorme popularidad.
El primer partido interclubes enfrentó al Cricket con el Rowing el 6 de junio de 1881. En este caso, el periódico interno Eco del Rowing publicó una crónica. Ganó el Cricket 1-0, al igual que la revancha, disputada el 29 de ese mes. Estos partidos también tuvieron como escenario La Blanqueada, que por años fue la única cancha de fútbol del país.
El Cricket debió abandonarla en 1889 por las obras del Hospital Militar y se trasladó a un predio ubicado en lo que hoy es la calle Cardal casi Luis Alberto de Herrera. Para celebrar la apertura de su New Ground, también conocido como La Blanqueada —y además el cumpleaños de la reina—, se formó una selección de residentes británicos de Montevideo para enfrentar a un equipo similar de Buenos Aires. Triunfaron los “porteños” por 3 a 0, en el primer encuentro internacional de fútbol en el Río de la Plata.
En la jerarquía de la colectividad británica, el Cricket representaba la principal institución deportiva. Sus futbolistas formaban la base del Montevideo Team que enfrentaba a los bonaerenses. Y en la actividad interna no tuvieron prácticamente rivales hasta que se retiraron de las competencias, aún informales, antes que ellas se organizaran en una Liga.
Durante los años siguientes, los colegios ingleses de Montevideo se sumaron a la actividad futbolística, los partidos salieron del ámbito cerrado de La Blanqueada y se desarrollaron en los campitos de Punta Carretas. Al iniciarse la última década del siglo XIX, ya era un deporte en auge y estaba listo para la aparición de los clubes que se encargaron de escribir su historia en los años siguientes.
Imagen tomada del sitio oficial del Montevideo Cricket Club:
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