Por Guillermo Gasparini (Buenos Aires, Argentina), socio del CIHF.
Gambeteador, lucido, irreverente, siempre claro. Discutidor en la cancha, peleador; siempre como en el potrero. Aguantador de la pelota cuando los compañeros lo necesitaban o el juego lo exigía. "Tunelero", pícaro. Desenfadado. Entre tantos que corrían, él jugaba trotando. O caminando. Nunca se apuraba. Aceleraba el juego con el toque oportuno, sin necesidad del gran despliegue. Su estampa poco atlética y con una pelada total, lo destacaba particularmente en todos los partidos. Y era valiente para mostrar lo suyo. Los rivales lo corrían, le cometían infracciones, y él seguía, siempre seguía. Brilló en los torneos de ascenso y muchos creyeron que era un jugador irresponsable, que no podía actuar en el círculo superior. Con Banfield jugó en Primera y también en las copas internacionales. En la Sudamericana y en la Libertadores, aunque las lesiones musculares lo persiguieron. Los hinchas lo extrañaron en los compromisos severos. Con Falcioni, justamente, no tenía mucho lugar; aunque le salvó muchos partidos. A él y a Garisto. Querido por hinchas y por sus compañeros (como este Leeb que es el actual DT del equipo y que tuvo que abrirle la puerta para que se fuera, en junio). Todo lo veloz que no era en la cancha quiso serlo afuera, con su adorada moto. Por ella perdió posibilidades juveniles en Boca y en los seleccionados sub 20. Con ella -y siempre sin casco- se accidentó ahora, a los 31 años. Jugó siempre en su ley. Y se muere también en su ley.
Los "Garrafa" siempre están afuera de los grandes planes. Son imprevisibles. Los entrenadores, por lo general, tratan de llevar a sus planteles por caminos más previsibles y elaborados. Aunque le peguen con los tobillos a la pelota. Así es el profesionalismo actual. Y por eso no abundan los jugadores de ese estilo. Como es tan discutido Riquelme (aunque muchos, por suerte, lo admiran). Ni siquiera Zidane necesita correr como lo hacen tantos compañeros "galácticos" del Real Madrid. Son los elegidos. Hasta Del Piero, en otra escala (la italiana), que es el más goleador en la Juventus, pero también el más veces reemplazado en la Juventus. Por suerte no abundan, dirán los mecanizados adiestradores (que no tienen nada que enseñarle ni marcarle a estos elegidos). El hincha si los aprecia. Porque ellos son la esencia del juego. No garantizan triunfos (¿quién puede hacerlo?). Pero hacen disfrutar a quienes juegan con ellos y a quienes lo ven como espectadores. A "Garrafa" le decían Maestro. Y por eso sus actuales compañeros de Laferrere se juntaron en la puerta de la clínica donde su vida languidecía entre tubos de oxígeno. Por eso sus ex compañeros de Banfield, de pretemporada en Tandil, pidieron regresar a Buenos Aires. Guardar su memoria y sobreponerse al golpe será el desafío de los dos planteles. Y todo el fútbol lo extrañará. Como al "Trinche" Carlovich, recordado hace un mes en Rosario. Por suerte siguen existiendo los Riquelme, los Verón, los Zidane, los Del Piero.
Trayectoria y números
Jugó en Deportivo Laferrere entre 1992/93 y 1996/97, luego en El Porvenir en las temporadas 1997/98 y 1998/99, en Bella Vista (Montevideo, Uruguay) en 1999/2000 y desde 2000/01 hasta 2004/05 en Banfield. En la presente temporada había vuelto a Laferrere, en la B Metropolitana. Ganó dos ascensos: con El Porvenir, a la B Nacional, y con Banfield, a Primera A. Antes había descendido de la B Nacional con Laferrere.
Campaña en Primera División en Banfield: 88 partidos, 9 goles
Según el Abc del Ascenso, en la B Nacional jugó 107 partidos y 36 goles, distribuidos en los siguientes clubes: Laferrere (1993-95, 57 partidos y 7 goles), El Porvenir (1998-99), 27 partidos y 18 goles) y Banfield 2000/01, 23 partidos y 11 goles).
Campaña en la Primera B Metropolitana: Laferrere (1995-97 y 2005) y El Porvenir (1997-98).
Imagen de la promoción de la película que se hizo sobre José Luis Sánchez.
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