Santiago
Vernazza nació en la Boca hace 89 años, pero su familia se mudó al barrio de
Saavedra cuando no había cumplido los 6, a mediados de los años treinta.
Rodeado de hinchas Calamares, se acercó por primera vez al estadio de Manuela
Pedraza y Crámer en esos años. En su charla con este periodista en ocasión del
libro por los 75 años de la fundación del Club Atlético Platense, contó que “desde los seis años que lo iba a ver a
Platense con mi padre. Vivíamos en la calle Ruiz Huidobro y siempre me acuerdo
del campeonato de Baby Fútbol que jugamos en el Luna Park. El club me dio mi
primera medalla por mi actuación en los torneos infantiles a los once años.”
Vernazza
se formó en las inferiores de Platense y llegó a Primera en la segunda fecha
del torneo de 1947, debutando contra River, pero como puntero izquierdo. Fue
derrota 5-1 ante el que sería campeón de la temporada, pero Vernazza se mantuvo
en el equipo y convirtió su primer gol frente a Rosario Central, de penal, en
la victoria marrón y blanca por 3-2. En aquel primer torneo suyo, también le
convirtió a Lanús, River, Independiente y Tigre. Fueron 22 presencias con 5
goles, jugando como extremo derecho salvo el día de su debut.
Para
1948, Platense se reforzó con buenos delanteros: llegaron Antonio Báez y
Vicente Sayago. Báez fue el entreala derecho, el hombre al que Vernazza escuchó
y atendió en sus consejos y en su manera de jugar. Siempre ha dicho que “a Báez le debo el 99% de lo que fui porque
era un jugador excepcional y me ayudó muchísimo”. Sayago mantiene hasta hoy
el rótulo de ser el máximo goleador de la historia Calamar, jugando como
puntero izquierdo.
En
1948, Vernazza jugaría 22 de las fechas y marcaría 9 goles. Dos penales
convertidos a Central y San Lorenzo, además de dos tantos a Banfield, Boca y
Estudiantes y uno a Tigre. Sería el germen de la delantera formada para 1949,
con la presencia de Vernazza, Báez, Federico Geronis, Francisco Rodríguez y
Sayago, que quedó en la historia como la más brillante de la historia del club.
El
torneo lo ganó Racing, empatando el segundo lugar River y Platense. Entre los
cinco delanteros hicieron 62 de los 69 goles que marcó el equipo, destacándose
Vernazza con 20 tantos, detrás de Juan José Pizzuti y Llamil Simes en la tabla
de goleadores. En este caso las conquistas del puntero derecho fueron 20 en 31
partidos: siete de penal, uno olímpico a Lanús como visitante, uno de tiro
libre a Banfield y tres de cabeza.
En
aquel torneo de 1949, Platense venció al campeón Racing por 2-0 (goles de
Vernazza y de Báez), autores que repitieron en el empate 2-2 en la revancha,
jugada en la Bombonera.
En 1950
disputó su último campeonato, ya sin su amigo del alma, el arquero Julio Cozzi,
que se alejó para alistarse en Millonarios de Colombia. Vernazza jugó 33 de las
34 fechas y marcó 18 goles (4 de penal). Vale la pena recordar su gol a Boca la
tarde del 6-3 en Manuela Pedraza y Crámer, un partido que no terminó justamente
porque desde la popular boquense partió un bulón que le dio en la cabeza y como
bien lo recordó en su momento “me hizo terminar
de jugarlo en el hospital Pirovano, podíamos haber hecho un gol más…”
Le hizo
dos goles a River en el 4-3 como local y también se anotó con un tanto cuando
Platense goleó 5-3 al Racing campeón en la cancha de Independiente. Había
debutado con la camiseta blanca y el escudo de Platense contra River en el
Monumental y cerró su actuación en el club de la misma manera, el 26 de
noviembre de 1950 convirtiendo el único gol visitante, en una derrota por 4-1.
Fue su último partido y también su último gol.
El
resumen de su carrera reúne 108 presencias y 52 goles oficiales. Sumó una
presencia y otro gol en un partido por la Copa Británica, ante Gimnasia y
Esgrima La Plata.
Ya como
futbolista retirado, entre 1962-70 integró habitualmente el equipo de veteranos
de Platense en diferentes competencias.
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