Por Felipe Soutinho (socio del C.I.H.F.).
Rafael Franco Reyes nació el 17 de junio de 1923 en Catamarca. Empezó a
jugar en Newell's Old Boys, teniendo como compañero a Mario Morosano, quien lo
siguió hasta la primera rojinegra como insider izquierdo. Franco actuaba como
eje delantero. La quinta y cuarta lo contaron como capitán y obtuvieron el
título. A los dieciséis años lo llamaron a cubrir un claro en el primer equipo
del Parque Independencia. “Faltó el
centre forward Gómez y lo suplí contra Argentino. Ganamos por seis a cero y
marqué uno. De ese partido no me olvidaré nunca. Yo, tranquilo, ese domingo me
había ido al cine. Daban una de cowboys, de muchos tiros, y más dieciséis años
ardían en deseos de ver cómo el muchachito bueno, al final, salvaba a la chica
y vencía al antipático. Tempranito saqué la entrada y me senté. ¡Tragedia,
mucha tragedia!... Cuando iba a empezar la sección de la de tiros, un dirigente
de Newell's llega apurado y me dice: «Che, pibe, vení a la cancha. Gómez no
puede jugar, y tenés que sustituirlo». El asunto era en serio y la palabra del
directivo me merecía confianza. Salí del cine regañando por no ver a mi cowboy
preferido, y en la cancha me colocaron entre Ballesteros y Fabrini Esa fue lo
más notable de mi debut. ¡Me hizo perder una cinta macanuda!...”.
Jugó en 1939 y 1940 en Newell's, con un paso por Nacional de Montevideo
en 1939, cuando jugó dos partidos en primera
división. El primero, el 13 de abril, un amistoso, en Asunción contra Cerro
Porteño, con un empate a 3, formando en esa oportunidad Nacional con E.
García, Vasconcellos y Holanda; Bauhoffer, Galvalissi y Gambetta; E. Castro,
Franco, H. Castro, Barboza y Olano. Un equipo de alternativa. El segundo,
el 18 de junio, otro amistoso, este jugado en el Estadio Municipal Casto
Martínez Laguarda de la ciudad de San José, Uruguay, enfrentando a Central de
dicha ciudad; no empezó como titular, ya que sí lo hizo Ciocca, pero fue su
segundo y último partido jugado ese año en el primer equipo, donde consiguió
convertir su único gol. Resulta curiosa esa estadía de Franco en Uruguay,
puesto que jugó en Newell’s en las primeras fechas de 1939 (hasta la 4ª fecha,
jugada el 9 de abril), luego hay un bache y vuelve a jugar en NOB a partir de
la 18ª fecha (23 de julio). Los dos partidos por Nacional encajan en el hueco
que hay en su trayectoria en el equipo rosarino.
En 1941 lo prestaron a River Plate. Salieron campeones en la segunda
división, luego de una magnifica campaña. En aquel entonces, Franco estaba en
el apogeo de su carrera. Sin embargo, no pudo tener peor experiencia con los
millonarios, ya que uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, “el Charro” Moreno,
le cerró las puertas de la titularidad. Sin esperanzas de jugar asiduamente y entendiendo
que Moreno truncaría su progresión, Rafael Franco abandonó River. “Fui suplente de Moreno y sólo en una
oportunidad pude integrar el primer tin millonario, contra Estudiantes de La
Plata, y ganamos 1 a 0. Después quisieron adquirirme a Newell’s, pero yo no
acepté. Me faltaba la oportunidad y ansiaba el triunfo. En un año sólo uno vez
había podido jugar en el tin superior riverplatense”.
Volvería a las filas tricolores del Nacional de Montevideo en 1942,
cuando este equipo seguía arrasando en el medio local. Debutó
en el Torneo Competencia el 21 de junio frente al Montevideo Wanderers,
en una victoria 4 a 3. El 4 de julio por el Torneo de Honor, jugó en
la victoria 4 a 2 frente a Sud America. El 12 de julio por el Torneo de
Honor, marca sus primeros goles –¡cuatro!- en la goleada a Defensor por 10 a 1.
El 18 de julio por el mismo Torneo de Honor, en un
empate 3 a 3 con Racing Club de Montevideo marca su último gol. Su último
partido, es el 26 de julio por el Torneo de Honor frente a Rampla Juniors en
una victoria 1 a 0. Resumiendo, en el ’42 jugó 5 partidos oficiales y marcó 5
goles. “Me enrolé en
Nacional de Montevideo y ganamos el certamen de primera. Jugué ocho partidos en
el tin superior, y le llevaba tres goles a Atilio García cuando, contra Racing,
me lesioné y no pude actuar más”. Ese mismo año volvió a Newell’s Old Boys,
desde donde pasó a Chacarita Juniors en 1944.
En setiembre de ese año pidió pase de Chacarita para
el Racing uruguayo. Su siguiente etapa como
jugador fue en México, en el Club Marte. En el Marte
anotó 7 goles durante la temporada 1945-46 y 11 en la de 1946-47.
En agosto de 1948, Rafael Franco cambia de continente y emprende el camino
contrario a la mayoría de los emigrantes
al dirigirse a Galicia, al Deportivo La Coruña. En La Hoja del Lunes, el
periodista deportivo “Maratón” manifiesta su admiración por Franco: “¡Magnífico interior!, sabe ocupar su
puesto, sube y baja, pasa la pelota con exactitud y precisión, crea peligro...
¡y marca muchos goles!”.
Llega a La Coruña con la carta de
libertad en el bolsillo y causa una
excelente impresión en su primera aparición, un
encuentro amistoso contra
el Ferrol. Por cierto, su compatriota Rafael Ponce también jugó aquel partido . Ambos
futbolistas ficharon por tres años. El presidente deportivista Daniel Chaver promovió
entonces una campaña entre los socios y la hostelería local
para afrontar estas
contrataciones en base a una suscripción popular .
Como la recaudación resultó espléndida,
el Deportivo incorporó a dos jugadores más, el interior
Juanete y Cheché Martín, que daría un
gran resultado , procedente
del Angers francés.
En la campaña 49/50, el Deportivo consiguió el primer subcampeonato
liguero de su historia a las órdenes del entrenador Alejandro Scopelli. Uno de
los partidos más importantes
que se celebraron durante
el transcurso de esa temporada coincidió con el disputado en el estadio de
Balaídos el 12 de marzo de 1950. El Deportivo venció 2 a 3 al Celta . En aquel derbi se descubrió a un Rafael Franco excepcional . Franco puso el broche
de oro a una actuación memorable al lograr el tanto del triunfo cuando faltaban dos minutos
para el final .
El equipo ficha a otros dos argentinos,
Corcuera y Oswaldo, que integrarán la
delantera titular de estos años junto
a Franco , Moll y Tino :
cuatro sudamericanos y un coruñés, que el periodista Ponte Patiño bautizó
ingeniosamente como “Orquesta Canaro”, mítica delantera Deportiva de mediados
de siglo. Esta delantera marcó, en la temporada
50-51, 64 goles en 30 partidos . Eran los comienzos de lo que entonces se llamó la "década
de oro" del Deportivo y que se
prolongó hasta el 57.
Fue el primer delantero centro
del deportivo que comenzó a jugar retrasado ,
al modo y manera que
hizo Di Stefano años después, lo cual no le quitaba para
marcar numerosos
goles , siendo varias temporadas el máximo
goleador del equipo. A los ocho meses de
estar en el Deportivo quiso ficharlo el Atlético de
Madrid ofreciendo 700 mil pesetas y dos jugadores, pero el club coruñés no
aceptó. Fue un gran especialista en el lanzamiento
de penaltis, cuya técnica había
aprendido de su maestro argentino Héctor
Scarone. Rafael Franco fue un artista del balón: daba gusto verle llevar la pelota pegada
al pie y era capaz
de driblar en línea
recta a 4 o 5 adversarios antes de marcar . Como no era muy corpulento ,
utilizaba los codos para hacerse paso entre los contrarios. Ésta era ,
según reconocía, una buena forma de aprovechar su corta estatura .
El “mago argentino” -como se le conocía en La Coruña- terminó su carrera
en el Deportivo en el año 51-52. Salió del Deportivo en esa temporada para militar en el Valladolid y
el Ferrol. Esta fue su campaña española: Deportivo de La Coruña: 1948/49
(23-14), 1949/50 (25-14), 1950/51 (26-14); Real
Valladolid: 1951/52 (6-0).
En 1962 fue entrenador de la selección venezolana que
jugo el campeonato
mundial de Chile. Creó una escuela de
futbolistas y fue presidente de la
Asociación de entrenadores de Venezuela, así como
profesor de técnica y táctica. Posteriormente volvería a España entrenando al
Ciudadela y al Ferrol. El 25 de octubre de 1997, antes
del inicio del encuentro que La Coruña
empató 1-1 con el Celta de Vigo en el
Estadio Municipal de Riazor, se guardó un minuto
de silencio en memoria de Rafael Franco ,
ex futbolista del Deportivo, que
falleció ese día.
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