Todo comenzó en Diciembre de 1991 con
amistosos previos y resultados auspiciosos. En un plantel con muchas figuras,
la eliminación en primera fase del Preolímpico 1992 fue toda una frustración.
Por Antonio Statis, socio del CIHF.
La Selección Argentina
había comenzado un nuevo proceso en Octubre de 1990 cuando Alfio Basile fue
designado por unanimidad como director técnico en reemplazo de Carlos Salvador
Bilardo.
No era una tarea
sencilla darle una continuidad a ocho años donde se destacaban un campeonato
del mundo y otro subcampeonato teniendo que comenzar un nuevo que, por lo
pronto, tendrías muchas caras nuevas.
Durante el año 1991
el seleccionado disputó muchos partidos amistosos y oficiales donde se
obtuvieron muy buenos rendimientos colectivos e individuales más la Copa
América celebrada en Chile de manera inobjetable.
Reinaldo Carlos Merlo había
sido designado para los seleccionados juveniles que ya en ese 1991 tuvieron
mucha acción: subcampeones del sudamericano Sub-20 en Venezuela, el recordado
papelón con eliminación incluida en primera fase del Mundial de la categoría
disputado en Portugal, otro subcampeonato esta vez en el Sudamericano Sub-17 de
Paraguay y el tercer puesto en el Mundial que se jugó en Italia.
Algunos jugadores de
esos seleccionados juveniles a futuro dieron que hablar: en el Sub-17 se
destacan los nombres de Raúl Sanzotti,
Gustavo Lombardi, Rodolfo Arruabarrena, Claudio Husain, Juan Sebastián Verón,
Marcelo Gallardo, Matute Morales, Christian Akselman, Rubén Bernuncio y Norberto
Alonso (hijo). En el seleccionado Sub-20 también había varios conocidos: Leo Diaz, Diego Cocca, Juan José Distéfano,
Mauricio Pellegrino, Mauricio Pochettino, Claudio Marini, Roberto Molina,
Claudio Paris, Christian Bassedas, Huguito Morales, Walter Paz, Juan Esnaider y
Marcelo Delgado.
Sin embargo, había un
denominador común en ambos casos: la
calidad de jugadores no se correspondían con éxitos deportivos. Y en
consecuencia, para preparar el torneo Preolímpico de 1992 a disputarse en
Paraguay, Alfio Basile se hizo cargo de la responsabilidad.
Los preparativos
comenzaron en Diciembre de 1991 con un amistoso ante Brasil en Buenos Aires y
victoria albiceleste por 2-1 con un recordado golazo del “Turu” José Oscar
Flores. En enero de 1992 disputó otros tres amistosos: venció a México 3-0 y
empató 1-1 con Paraguay ambos en Mar del Plata y venció por la mínima
diferencia a Brasil en Teresinha con otro gol de José Flores, esta vez de
cabeza.
Durante esos partidos
amistosos, más precisamente la noche del 11 de Enero de 1992 cuando se goleó a
México 3-0 con los goles de Diego Latorre, Walter Silvani y Eduardo Berizzo
nació “La banda del gol y el toque” como tituló unos días más tarde
en su tapa la revista El Gráfico.
Alfio Basile
seleccionó a 27 futbolistas para los amistosos de preparación: Carlos Roa, Juan Carlos Docabo, Hernán
Cristante (arqueros); Fernando
Gamboa, Eduardo Berizzo, Alberto Boggio, Mauricio Pochettino, Fabián
Garfagnoli, Daniel Kesman y Fernando Batista (defensores); Leonardo Astrada, Diego Cagna, Diego
Simeone, Juan José Borrelli, Leonel Gancedo, Raúl Peralta, Roberto Garcia,
Alfredo Cascini, Martin Ubaldi y Claudio Rivadero (mediocampistas); Rubén Dario Rossi, Walter Silvani, Diego
Latorre, Luis Alberto Carranza, José Oscar Flores, Antonio Mohamed y Gabriel
Amato (delanteros).
De esa lista
quedarías excluidos siete futbolistas: Cristante,
Fernando Batista, Kesman, Rivadero, Cascini, Ubaldi y Amato.
Pese a los nombres de
ese grupo el desarrollo en el torneo Preolímpico sería angustioso. Debutó el 2
de Febrero de 1992 en Asunción (disputarían todos los encuentros en esa ciudad)
ante Bolivia donde un cabezazo de Diego Simeone cerca del final le dio la
victoria por la mínima. Dos días más tarde, otra victoria por 1-0 sobre Ecuador
cerca del final gracias a gol de penal de Eduardo Berizzo le daban otros dos
puntos importantes pero el juego del equipo no aparecía.
Pudo sellar la
clasificación hacia la ronda final ese seleccionado el 6 de Febrero ante Chile
pero pese a que se imponía con un tanto del “Turu” Flores llegó el empate
chileno cerca del cierre del juego de Juan Mauricio Castillo. Con ese panorama
(5 puntos sobre 6) llegaba a la última fecha la Argentina que con un empate
pasaba a la ronda final. Claro que el rival en esa cuarta de la zona de
clasificación era ni más ni menos que Uruguay donde reeditarían otro clásico
rioplatense. Y no era solo eso: también estaba en juego el pasaje a la
siguiente ronda ya que Uruguay tenía un punto menos que la Selección y solo le
servía la victoria.
Alfio Basile puso en
cancha esa noche a: Carlos Roa; Alberto
Boggio (70’ Walter Silvani), Fernando Gamboa, Mauricio Pochettino y Eduardo
Berizzo; Diego Cagna, Leonardo Astrada, Roberto Garcia, Diego Latorre; José
Oscar Flores (70’ Rubén Dario Rossi) y Luis Carranza.
Argentina comenzó en
ventaja a los 34 minutos con un tanto de Diego Latorre pero el empate de
Marcelo Saralegui en el final de la primera mitad dejaba todo por jugarse en el
complemento. El partido aumentó en tensiones y fue muy friccionado (hubo 7 amonestados…)
y estaba en juego seguir con vida en el torneo Preolímpico. Argentina esa noche
nunca tuvo el control del partido, pasó muchos apuros en defensa y las
preocupaciones de Alfio Basile en los partidos previos se acentuaban en el
partido final. Hasta que a los 18 minutos del segundo tiempo llegó el derrumbe
para esa Selección. Diego Dorta anotó frente a una defensa estática y Uruguay
tenía su premio por ser más ambicioso. Físicamente y futbolísticamente esa
noche Uruguay superó ampliamente a la Argentina. Y así “La banda del gol y el toque”
esfumó su sueño de llegar a los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
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