martes, 24 de abril de 2018

El día de furia de Bernabé Ferreyra

El Mortero de Rufino se quedó afuera del Mundial de 1930 y semanas después agredió a periodistas en la cancha de Tigre.

Nota de Oscar Barnade, socio del CIHF.
Nota también publicada en Clarín.


Marcos Díaz, el arquero de Huracán, disparó este lunes su bronca en un medio del club contra los medios nacionales: “Tiene prensa exagerada”. Se refería a su colega Franco Armani, a quien un sector del periodismo lo quiere adentro de la lista para el Mundial de Rusia aunque nunca jugó en la Selección. Tenía bronca Bernabé Ferreyra, centrodelantero de Tigre, en 1930 porque se quedó afuera de la lista de 22 que fueron al primer Mundial de fútbol, en Uruguay. Y el Gran Bernabé tomó una medida más drástica: ingresó al sector de prensa de la cancha de Tigre y agredió a varios periodistas. Ayer y hoy, las listas definitivas del Mundial generaron polémicas.

Para mediados de 1930 Bernabé ya se había ganado fama de goleador. Había hecho 11 en 13 partidos en el torneo de 1929 y otros 6 en los primeros 7 partidos del torneo de 1930. La Fiera tenía el apoyo nada menos que de Borocotó, la pluma de El Gráfico. Fue convocado a una prueba decisiva: un clásico con Uruguay por la Copa Newton, el 25 de mayo. Allí, los dirigentes que integraban la Comisión de Selección junto con Francisco Olazar, el entrenador, definirían la lista. El debut con la Albiceleste de Bernabé fue muy pobre y así lo reflejaron los medios. “Como es de dominio público, la actuación del jugador B. Ferreyra fue desastrosa, hasta el punto tal de que a su forma de jugar débese que los argentinos no alcanzaran una merecida victoria”, dice La Argentina. Fue 1-1 y el gol lo hizo Francisco Varallo, el joven goleador de Gimnasia. Ese día, también Adolfo Zumulzú tuvo una mala actuación.

En la reunión del lunes 26 de mayo se definió la lista. El diario La Argentina advertía: “Esperemos que el criterio que prevalecerá en la sesión de esta noche, será el de hacer las cosas a entera conciencia, sin que preponderen los favoritismos que se vienen cometiendo hasta el presente”. Bernabé y Alberto Cuello, ambos de Tigre, quedaron afuera. Zumelzú y Varallo fueron convocados. Y los centrodelanteros de Argentina fueron Guillermo Stábile, de Huracán (goleador del torneo) y Manuel Ferreira, de Estudiantes, el Piloto olímpico.

El 1° de junio, por la 9ª fecha del torneo, Tigre recibió a Platense en la vieja cancha conocida como del Lechero Ahogado. Allí, Bernabé descargó su bronca. Cuenta La Argentina: “Varios jugadores locales, capitaneados por B. Ferreyra y Cuello, introdujéronse en el recinto de los periodistas y en forma cobarde y a mansalva, agrediéronlos, llegando a herir a uno de ellos de cierta consideración”.

Veinte años después, Borocotó escribió en la revista Pinceladas deportivas: “Fuimos varios los que bregamos por la inclusión de Ferreyra en la selección. Fue elegido y jugó… y muy mal. Los que tanto luchamos por él, quedamos junto con el gordo Monge, completamente desorientados. Salió de la cancha silbado y abucheado. Después supimos la verdad: esa mañana del partido Bernabé había donado sangre para su hermana enferma…”.

La bronca quedó atrás. Durante el Mundial se fue de gira con Huracán. Más tarde con Vélez. En 1932 pasó a River por 35.000 pesos, alcanzó fama y gloria, y fue el mejor de su época. 



      

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