El Mortero de Rufino se quedó afuera del Mundial de 1930 y semanas después agredió a periodistas en la cancha de Tigre.
Nota de Oscar Barnade, socio del CIHF.
Nota también publicada en Clarín.
Marcos Díaz, el arquero de Huracán, disparó este lunes su bronca en un medio del club contra los medios nacionales: “Tiene prensa exagerada”.
Se refería a su colega Franco Armani, a quien un sector del periodismo
lo quiere adentro de la lista para el Mundial de Rusia aunque nunca jugó
en la Selección. Tenía bronca Bernabé Ferreyra, centrodelantero de
Tigre, en 1930 porque se quedó afuera de la lista de 22 que fueron al
primer Mundial de fútbol, en Uruguay. Y el Gran Bernabé tomó una medida
más drástica: ingresó al sector de prensa de la cancha de Tigre y agredió a varios periodistas. Ayer y hoy, las listas definitivas del Mundial generaron polémicas.
Para mediados de 1930 Bernabé ya se había
ganado fama de goleador. Había hecho 11 en 13 partidos en el torneo de
1929 y otros 6 en los primeros 7 partidos del torneo de 1930. La Fiera
tenía el apoyo nada menos que de Borocotó, la pluma de El Gráfico.
Fue convocado a una prueba decisiva: un clásico con Uruguay por la Copa
Newton, el 25 de mayo. Allí, los dirigentes que integraban la Comisión
de Selección junto con Francisco Olazar, el entrenador, definirían la
lista. El debut con la Albiceleste de Bernabé fue muy pobre y así lo reflejaron los medios. “Como
es de dominio público, la actuación del jugador B. Ferreyra fue
desastrosa, hasta el punto tal de que a su forma de jugar débese que los
argentinos no alcanzaran una merecida victoria”, dice La Argentina.
Fue 1-1 y el gol lo hizo Francisco Varallo, el joven goleador de
Gimnasia. Ese día, también Adolfo Zumulzú tuvo una mala actuación.
En la reunión del lunes 26 de mayo se definió la lista. El diario La Argentina advertía: “Esperemos
que el criterio que prevalecerá en la sesión de esta noche, será el de
hacer las cosas a entera conciencia, sin que preponderen los
favoritismos que se vienen cometiendo hasta el presente”. Bernabé y
Alberto Cuello, ambos de Tigre, quedaron afuera. Zumelzú y Varallo
fueron convocados. Y los centrodelanteros de Argentina fueron Guillermo
Stábile, de Huracán (goleador del torneo) y Manuel Ferreira, de
Estudiantes, el Piloto olímpico.
El 1° de junio, por la 9ª fecha del torneo,
Tigre recibió a Platense en la vieja cancha conocida como del Lechero
Ahogado. Allí, Bernabé descargó su bronca. Cuenta La Argentina: “Varios
jugadores locales, capitaneados por B. Ferreyra y Cuello,
introdujéronse en el recinto de los periodistas y en forma cobarde y a
mansalva, agrediéronlos, llegando a herir a uno de ellos de cierta
consideración”.
Veinte años después, Borocotó escribió en la revista Pinceladas deportivas: “Fuimos
varios los que bregamos por la inclusión de Ferreyra en la selección.
Fue elegido y jugó… y muy mal. Los que tanto luchamos por él, quedamos
junto con el gordo Monge, completamente desorientados. Salió de la
cancha silbado y abucheado. Después supimos la verdad: esa mañana del
partido Bernabé había donado sangre para su hermana enferma…”.
La bronca quedó atrás. Durante el Mundial
se fue de gira con Huracán. Más tarde con Vélez. En 1932 pasó a River
por 35.000 pesos, alcanzó fama y gloria, y fue el mejor de su época.
No hay comentarios:
Publicar un comentario