La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) nació el 3 de noviembre de 1934, consecuencia de la fusión de la Liga Argentina de Football (profesional, sin afiliación a la FIFA) y la Asociación Argentina de Football (la amateur, que sí tenía afiliación internacional). Desde entonces es la única entidad rectora del fútbol argentino. Sin embargo, tras esa fusión, el fútbol de interior, agrupado en la Confederación Argentina de Football (CAF, fundada en 1922) estuvo a punto de arrebatarle la afiliación internacional.
El artículo 2 de la fusión especificaba: “La AFA tratará de unificar, de inmediato, al football de toda la República y, una vez alcanzada esa finalidad, reconocerá a la CAF como entidad autorizada para ejercer superintendencia sobre el football del interior del país”. Este punto es clave para entender por qué el fútbol porteño terminó ejerciendo dominio sobre el resto del país. O por qué en 2011 Daniel Vila se atrincheró en la puerta de la AFA reclamando la presidencia. En los años 30, los dirigentes del interior creyeron que tenían la gran chance de mostrar fuerzas teniendo en cuenta la cantidad de ligas y de equipos representados. La Liga porteña contaba entre sus filas con las cinco más fuertes: Rosario, Santa Fe, Córdoba, Tucumán y Santiago del Estero. El resto del país estaba nucleado en la CAF, presidida por el salteño José Dávalos Michel. Por eso jugaron fuerte. Tras la fusión, la CAF envió una carta a la FIFA explicando la situación y solicitando la afiliación en reemplazo de la AFA.
Tras conocer la decisión de la CAF de ir a la FIFA, la AFA marcó enseguida la cancha: “No es siquiera concebible que se intente poner en tela de juicio los títulos que tiene la Capital Federal para ser el centro de la dirección del football argentino”. La asamblea del 16 de enero de 1935 modificó el artículo 2 de la fusión: “La AFA tratará de unificar de inmediato el football del interior, y una vez alcanzada esa finalidad procederá a reorganizarlo”. Ante el temor de quedar afuera del fútbol oficial, en menos de 30 días, 50 ligas mudaron su afiliación. La CAF quedó diezmada. La jugada rápida de los dirigentes porteños les permitió sortear los pedidos de informes de la FIFA. Así nació el Consejo Federal, órgano creado por la AFA para tener el control y dominio de todo el país.
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