Este es el primer comentario que he hallado sobre fútbol, en publicaciones argentinas y en nuestra lengua.
“El football. He aquí un juego inglés que no tardará en aclimatarse entre nosotros, donde existe tanto inglés y hay tantos aficionados a los juegos ingleses, que digámoslo de paso, se recomiendan como higiénicos, pues todos ellos tienden a ejercitar las fuerzas musculares, que bastante han decaído en los actuales tiempos, merced a la atmósfera de indolencia creada por la civilización de que nos envanecemos.
El football, exige gran agilidad, y ligereza en la carrera, así como buen pulso en los pies para acertar a dar a la pelota el impulso y dirección necesarios que el juego requiere para triunfar (…) Este juego da lugar a luchas apasionadas y sostenidas con tal vigor, que las reglas autorizan un intérvalo de descanso, después de algunos minutos de lucha. Cada campo es mandado por un capitán que coloca a sus hombres a su gusto, sea para el ataque, sea para la defensa, teniendo en cuenta sus capacidades.
Se les llama backs a los jugadores que están a retaguardia, halfbacks a los que están en el centro y forowards (sic), a los que están a la vanguardia.
Como se deja suponer tal juego es para los días en que hiela,que en verano correrían riesgo los jugadores de convertirse en espinas, a fuerza de sudar.”
El Nacional, Buenos. Aires, 24 de enero de 1878.-
La publicación, dirigida por Dalmacio Vélez Sarsfield, existió entre 1852 y 1893; fue de carácter comercial, político y literario.
La aparición de la noticia no coincidió con una etapa de apogeo futbolístico; la actividad fue muy escasa.
Caso contrario sucedió con las publicaciones periódicas. Entre 1877 y 1878, aparecieron en el país cerca de 70 de ellas.
La primera información periodística (fútbol) en nuestro idioma, se registró en Valencia, España, en 1868. La revista “El Panorama” hizo referencia al “Football en Inglaterra”.
Aquí la “aclimatación” tendría lugar alrededor de diez años más tarde de la nota de “El Nacional”, auspiciados por colegios y clubes ferroviarios. Fue el inicio de los Rosario-Buenos Aires (1888), Buenos Aires-Montevideo (1889) y el primer torneo porteño (1891).
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