El último 21 de enero, murió a la edad de 83 años, Pedro Waldemar Manfredini
Nota de Sergio Pittis, socio del CIHF.
Un goleador impresionante que, a pesar de permanecer poco tiempo en el club, le alcanzó para consagrarse campeón en 1958 y formar parte de la galería de ídolos de la institución. Su capacidad frente a los arcos rivales lo llevó también a triunfar en Italia y en la Selección Argentina.
Llegó a Racing en 1957 procedente de Deportivo Maipú (Mendoza) y conformó una delantera extraordinaria que salía y sale de memoria: Corbatta, Pizzuti, Manfredini, Sosa y Belén. Este mendocino nacido en 1935, no necesitó de ningún período de adaptación.
Debutó en La Academia el 5 de mayo de 1957 y en su segundo partido, ya anotó. Jugador de categoría, goleador de raza y con gran olfato, contó además con una compañía ideal que lo asistía permanentemente. En Racing estuvo apenas 20 meses, jugó 39 partidos y convirtió nada menos que 28 tantos, a los que hay sumarle otros 9 en la Copa Suecia.
La misma delantera, luego de obtener el campeonato local en 1958, se trasladó a la Selección Argentina que obtuvo el Sudamericano de 1959. Posteriormente pasó al fútbol italiano en febrero de 1959 por 9.000.000 de pesos de entonces; en sus primeras 7 presentaciones en la Roma convirtió 15 goles. Y en la temporada ’62 / ’63, fue el “capo cannoniere” del Calcio.
Su último encuentro defendiendo los colores racinguistas fue el 27 de diciembre de 1958 ante San Lorenzo, el mismo club con el que le había tocado debutar.
Descansa en paz, Il Piedone
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