sábado, 29 de abril de 2017

La primera crónica

La primera crónica de fútbol en idioma español en la Argentina, que el amigo historiador encontró en un desaparecido diario. Con las palabras trascriptas tal cual se encuentran en la misma. ¿Era fútbol asociación, era fútbol rugby, o era una mezcla de ambos? Qué más se puede decir. ¡Qué el lector del blog sepa disfrutar de su lectura!
 

Por Jorge Gallego (Barrio Echeverría, Argentina), socio del CIHF.

Esta nota, del 11 de setiembre de 1880, pertenece al diario El Nacional, de Buenos Aires, desaparecido en 1893.

Es la primera crónica de un partido de fútbol que he encontrado en nuestro idioma.
La narración, algo confusa, nos permite establecer qué se entendía por “Foot-ball”, en aquella época, tanto en Montevideo como en Buenos Aires.

CORREO DEL DIA

El “foot-ball” en la vecina ciudad

“Tenemos ya detalles sobre la ruidosa partida de foot-ball jugada antiyer en el campo del cricket; en Montevideo; en que argentinos y orientales disputaron el éxito a los hijos de Albion. La gloria de la jornada pertenece a los primeros, dirijidos por Rodolfo Arteaga.

Terminado este período dio el juez orden de retirada, asignando 2 puntos a favor de los ingleses. En el segundo, casi al principio, la fortuna fue otra vez adversa a los orientales y argentinos que además de perder tres puntos, tuvieron que retirar del campo a su jefe el joven Rodolfo Arteaga contuso en uno de los momentos mas ardientes de la lucha.

Este desgraciado incidente,-- por mas que sea muy natural en este género de juegos – entibió un tanto el entusiasmo de los concurrentes.

Después de los diez minutos de ordenanza para tomar aliento, empezó el tercer período, contando los orientales con un combatiente menos. Eran 13: los espectadores fatalistas presagiaban ya la próxima derrota; y hasta algunos se retiraban desalentados para no presenciarla. Por efecto del cansancio de los forwards (vanguardia), este período de la lucha no ofreció el interés palpitantate de los anteriores. Seguían venciendo los ingleses, sin embargo de que ninguno de los dos bandos, había podido obtener la barrera contraria.

A las 4 y1/2 volvió a darse la señal para empezar el último período. Esta vez el cuesta abajo y el viento eran favorables a los orientales y éstos se decidieron a hacer un supremo esfuerzo para alcanzar la victoria, que fue obtenida de una manera espléndida por el jóven Uriarte quien pudo libertar la bola, pasársela a Mac Coll, entro de la línea inglesa, valiendo este lance un punto para los orientales y el derecho de bola libre (free-kick) esto es, elegir uno de los mejores combatientes para lanzarla nuevamente con el pié a 30 varas de la barrera enemiga, sin ser molestado por los adversarios. Cupo este honor al joven Harrat, en medio de un entusiasmo indescriptible, y de los más estruendosos hurras y aplausos.

Cumple decir que esta fue la única barrera que se tomó durante la lucha, no obstante que tanto ingleses como orientales, se disputaron con tenacidad y arrojo el terreno.
La concurrencia puede calcularse en mas de mil almas, y notamos entre ellas á las distinguidas familias de Ferreira, Zumarán, Monroe, Wilson, Llamas, Lasala, Gowland, Roosen, Muñoz, Fleury, Pereda, Areta, Lowry, Mac Lean, Pringles, Gómez, Herrera (J. José), Shaw, Arteaga, Arraga, Britos, Kirkreand, Araucho, Vidal, Pereira, Piñeiro, Laffone, Maclellan, Nutall y Le-Bas.
También vimos entre los caballeros al Ministro de Relaciones Exteriores, y a los de Inglaterra, España y Estados-Unidos.

La fiesta, que era amenizada por los acordes de una banda de música militar, terminó a las 5 de la tarde hora á que empezó á retirarse la concurrencia, satisfecha y fuertemente impresionada por los numerosos y variados incidentes que acababa de presenciar.

Ahora, hasta la nueva estación de otoño, los aficionados no podrán emprender nuevas lides, pues los calores del verano no son compatibles con esa clase de ejercicios. He aquí los interesantes detalles de la fiesta: “Con un día apacible y brillante, empezó antiyer á las tres de la tarde, en la Cancha donde la sociedad Cricket hace sus ejercicios, el partido internacional de Foot Ball (bola a pié) en que los orientales procuraban tener revancha de la honrosa derrota experimentada en el primer desafío.

He aquí los nombre de los combatientes:

Orientales y argentinos (Capitán) Rodolfo Arteaga, Virasoro y Calvo, D.O.Le Bas, C. Harrat, E. Mac-Coll, P. C. Towers, W. Jones, J. Smith, R. Horne, J. Maquiavelo, F. Hughes, E. Uriarte, J. Lanza, R. Willians.
Ingleses D. Stokes (capitán), W. Neel, Nesbit, Mac Kintosh, Mac-Kinnon, Moor, Mac- Adam, Mac -Kenzie, Routh, Green, Miller, Murray, Christian, Crocker, Broad.

A la hora indicada se dio la señal por medio de una campana, para que los dos bandos tomasen posiciones y se despejara el campo dejándolo libre para la gran lucha en que se iban a disputar los laureles de la victoria. En ese momento todos los corazones latían, participando de aquella general emoción, las bellas especialmente, que tenían fijas sus miradas en los gallardos jóvenes vestidos con trajes de colores diversos, y dicho sea de paso, mas adecuados al juego, que elegantes y pintorescos.

El bando inglés se distinguía por una cruz verde, y el oriental por otra roja. El destino quiso favorecer por la suerte a los hijos de Albion, dándoles el goal, esto es, la barrera más ventajosa, pues tenían cuesta abajo y el viento a su favor. Este incidente y la superioridad de número por parte de los ingleses (15 contra 14) hizo que en los primeros veinte minutos sacaran ciertas ventajas y al mismo tiempo pudieran aproximarse de tal modo a la barrera oriental, que pusiera en serios apuros al capitán de la misma (Arteaga)”



Imagen de El Nacional, periódico fundado por Dalmacio Vélez Sarsfield y donde aparece la crónica mencionada.

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