lunes, 17 de octubre de 2016

Rubén Marino “Hacha Brava” Navarro

Por Guillermo Gasparini (Buenos Aires, Argentina), antiguo socio del CIHF.

Rubén Marino Navarro perteneció a la estirpe de los zagueros rudos y poco hábiles. Por eso lo llamaban “Hacha Brava”.

La historia ha sido algo desagradecida con Navarro. Él, como otros, vivió las épocas en las que no existían las tarjetas amarillas y en que la FIFA no había humanizado sus reglas. Hacha Brava, como cualquier defensor, tenía permiso de portación de armas dentro de las canchas, casi sin límites. Era un barredor que cubría a sus compañeros, generalmente tomando al centrodelantero adversario, el más adelantado. Y hería en sus cruces, sus morrudas piernas dejaban marcas. Con su cara de “indio malo”, mostró siempre personalidad para sacar el cuerpo ante cualquier rival y en cualquier terreno. Por eso fue un protagonista argentino en esos duelos de los '50 y '60 con los brasileños y especialmente con los uruguayos. Cuando nadie daba tregua dentro de una cancha de fútbol y cada partido semejaba a un épico encontronazo.

Lideró, formando dupla con el uruguayo Tomás Rolan, esas primeras estocadas de Independiente en la Copa Libertadores. La historia lo recuerda por aquel partido escandaloso con San Lorenzo de 1963. Pero, como muchas veces, no está bien contada. Aquel día en Avellaneda, el entonces liviano chiquilín Veira fue cruzado en el área por Navarro. Debió ser penal, pero no fue sancionado por el árbitro Velarde. Unos minutos después, Ferreiro barrió sobre un costado al mismo Veira y éste debió salir lesionado. Navarro no intervino en esa jugada. Más tarde, casi al final del primer tiempo, Velarde sancionó un penal muy discutido a favor de Independiente, las protestas derivaron en alguna expulsión y allí fue cuando se colmó la paciencia de los jugadores de San Lorenzo, “regalando” el partido hasta el 9 a 1.

Pero decimos que fue injusto que a Rubén Navarro sólo se lo recordara por ese episodio, al final, una circunstancia común de juego. Hacha Brava fue un 2 clásico, firme, seguro. Gracias a esas condiciones llegó a la Selección Nacional, con la que actuó en el Mundial de 1962, en Chile. Más tarde, un choque desparejo con el flacuchín Giménez, de Rosario Central, derivó en una doble fractura de tibia y peroné que comenzó a alejarlo de los primeros planos. Siguió jugando en otros clubes y por mucho tiempo, porque era su pasión. Aunque con otro protagonismo. Hacha Brava Navarro era un hombre duro. Y un jugador íntegro, noble, honesto.

Su ficha

Por Ricardo Gorosito (Buenos Aires, Argentina), socio del CIHF.

Nacimiento: 30 de marzo de 1933 - La Banda (Santiago del Estero).
Fallecimiento: 16 de julio de 2003 - Buenos Aires.
Puesto: back derecho.
Debut: 31 de octubre de 1954 (Independiente 2  Banfield 0).
Último partido: 23 de octubre de 1966 (Boca 3  Independiente 1).
Títulos:
Campeonato de 1960
Campeonato de 1963
Copa Libertadores de 1965

Año   Club   Partidos jugados
1954 Independiente   1
1955 Independiente    3
1956 Independiente    9
1957 Independiente   1
1958 Independiente  12
1959 Independiente 30
1960 Independiente 30
1961 Independiente  28
1962 Independiente 25
1963 Independiente 25
1964 Independiente   2
1965 Independiente 29
1966 Independiente 13
Total            208
       
En Copa Libertadores      12
En Copa Intercontinental    2
En la Selección argentina 32

Rubén Marino Navarro en la tapa de "El Gráfico".


1 comentario:

  1. Claudio Marcelo Flageat14 de diciembre de 2017, 3:49

    Tuve el honor de conocerlo y entrar de su mano a mis 10 años cuando ganábamos todo. Me decía mascota. Un calor humano inigualable. Padre único. Un verdadero señor. Ejemplo de vida.

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